LAS ABARCAS DESIERTAS

Miguel Hernández Por el cinco de enero,cada enero poníami calzado cabreroa la ventana fría. Y encontraban los días,que derriban las puertas,mis abarcas vacías,mis abarcas desiertas. Nunca tuve zapatos,ni trajes, ni palabras:siempre tuve regatos,siempre penas y cabras. Me vistió la pobreza,me lamió el cuerpo el río,y del pie a la cabezapasto fui del rocío. Por elSigue leyendo «LAS ABARCAS DESIERTAS»