No sé quién eres.Sé que no te nombro por dentro. No sé quién eres.Sé que no me ahogo en lamento. No sé quién eres.Sé que no miento. No te añoro.No te siento.No busco tu encuentro. Creí una vez que eras túquien me alentó una mañana,vistiéndome con la luzque entró al abrir la ventana. Bah, miSigue leyendo «A LA HOGUERA»
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La Ventanera
Después de «echar mis versos del alma» que diría José Martí en boca del gran José Fernández Díaz, estoy desempolvando esta novela que lleva mucho tiempo en el cajón; una novela donde en forma de «impresiones» reales o no, se abre una cueva oscura. ¿Se atreverán a entrar Olalla y Pablo?
FERMÍN
Y murió como el pájaro, cantando. Posándose en la cumbre huracanada. Alcurnia de la vida, contemplando. La misma que le dio todo por nada. Y llenó de valor su alma, errando. Fue un llanto de guitarra su tonada. Que nació del arrullo y en su lecho las alas dejó atadas a su pecho.
DISCURSO DE EVA
#8M El feminismo tiene muchas formas de manifestarse, por ejemplo, la valentía de proclamarse enamorada, la osadía de reclamar su amor. Flor Ka DISCURSO DE EVA Hoy te saludo brutalmente: con un golpe de tos o una patada. ¿Dónde te metes, a dónde huyes con tu caja loca de corazones, con el reguero deSigue leyendo «DISCURSO DE EVA»
II
II Noches al pie del cañón guardo en un viejo cajón. Noches guardo de madera, quemarlas todas quisiera. Por haber sido cobarde ese cajón ya no arde. Por haber echado tierra ese cajón ya no abre… Ni cierra.
Alfonsina Storni, la amiga del mar
Mi casa es el mar, Tania Pleitez.
Ábreme con cuidado
Emily Dickinson (1830-1886) Esto es todo lo que tengo para traer hoy – Esto, y mi corazón al lado – Esto, y mi corazón. Y todos los campos – Y todas las amplias praderas – Estate segura de que cuentas – si yo lo olvidara Alguien podría decir cuanto suman – Esto, y mi corazón,Sigue leyendo «Ábreme con cuidado»
La Rosa Azul
¡Qué goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía! Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía. Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color; y los bellos cojines, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines; Y si pongo miSigue leyendo «La Rosa Azul»