Tanto pesa la carga de mi espalda
que no consigo andar sin ver el suelo.
Tantas grietas yacen en mi alma
que entre ellas se escurre mi consuelo.
Tan lejano tengo el color malva
como la gran negrura de tu pelo.
Que de no poderlo ver reviento
igual que sin la Luna el firmamento.
Tanto intento recobrar la calma
que ensordece mi plegaria al cielo.
Tantos sueños se hundieron en mi barca
que no floto en el agua, sino vuelo.
Tan cobarde fui que ya ni el alba
podrá volverme a ti porque me muero.
Y mi alma partirá a favor del viento
deshaciéndose así de su tormento.
FK
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