Me alegro de anunciar que por fin tengo fecha para un encuentro poético lleno de versos en un lugar mágico rebosante de arte.
Después de la tormenta viene la calma, esta sacudida que nos ha dado la madre vida debe hacernos respirar lento y pausado.
Dice un refrán holandés que no podemos evitar el viento pero podemos construir molinos.
Cada piedra del camino es una materia prima que podemos transformar, golpe a golpe, para hacerla útil. Paso a paso caminaremos, pero nos detendremos a contemplar un atardecer, a oler una flor o a mirar una estrella. Veremos la belleza en el camino y no tendremos prisa por llegar a nuestro destino. Pararemos a coger fuerzas para seguir caminando. Echaremos la vista atrás, y en lugar de lamentarnos aceptaremos nuestros tropiezos.
Este encuentro es, para mí, ese ¨alto en el camino¨. Ese ¨coger fuerzas¨ para seguir puliendo piedras.
Este libro, que llega a su final, es un tesoro de valor sentimental incalculable. No me cansaré de agradecer a todos los que me apoyaron desde el minuto uno, como UNO, mi editorial, nada es casualidad. Amigas que me rompieron el cascarón para salir a descubrir, con miedo e incertidumbre, este mundo; mundo de fracasos y éxitos que no han hecho más que empezar.
Volveré a editar con otros formatos musicales e ilustrados; seguiré aprendiendo y corrigiendo todo el tiempo. Me acogerán donde no me quisieron y presumirá de conocerme gente que no confió en mí.
Por eso quiero mencionar y agradecer desde aquí a las personas que sé que vendrán a acompañarme este día, a las personas que tienen mi libro en sus negocios, a las personas que a través de las redes sociales han promocionado mis poemas, y por supuesto a mis seguidores, que son los que me dan la ilusión de seguir cada día trabajando.