XIII
Él vivía en la Colonia de las Flores,
una orilla había a sus pies del Manzanares,
entre azucenas y abejoneares
las camelias desprendían mil olores.
Él vivía en la Colonia de las Flores,
no apreciaba su sabor a hierbabuena,
cuando a mi soledad golpeó la pena
le vinieron de repente mil dolores.
Él vivía en la Colonia de las Flores,
se enredaba cada atardecer de mayo
la corteza de su alma con el tallo
de mi corazón bebiendo mil licores.
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