LLEGADA DE LA POESÍA
Estoy conmigo, pero tengo miedo.
Andan cerca rumores misteriosos.
Interfiero demonios neblinosos
y la tinta hace luto por mi dedo.
Una alarma esta noche va conmigo;
y ese ruido a cristal con una gota
o a pedazo de música remota
me estremece y no encuentro lo que digo.
El silencio es redondo y yo soy suya.
Tengo miedo… se asoma el Infinito.
No hay rincón en mi alma que no huya;
canta en ella algún pájaro maldito,
y de ponto da el miedo un aleluya
y esto sola con esto que ya he escrito.
1958
Y casi sin por qué, casi por nada. III
MADRIGALES
III
Esa boca que sale de paseo
con su hambre de amor, totalitaria;
esa boca que fuma y canta un aria
me recuerda a la luz en el deseo.
Esa boca, tan dulce, que bojeo,
bien parece una fruta imaginaria;
esa boca de carne planetaria
que me obliga a temblar con su aleteo.
Esa boca lujosa, hospitalaria,
donde pongo las nubes que recreo,
tiene suaves delirios de vicaria
y chispazos de nuca en apogeo.
es por eso que, a penas la poseo,
y me besa se vuelve una plegaria.
Carilda Oliver Labra