V
Mi infancia son recuerdos de un olivar de Castilla,
la maciza cordillera de la sierra madrile帽a,
un tejado destruido era mi playa de arcilla,
una higuera fructuosa y un remolque lleno le帽a.
Una sultana, siempre sosteniendo el candelero,
m谩s tres patanes convirti茅ronse en hermanos,
m谩s un regidor, siempre mitigando su tempero,
igual a una familia formada por humanos.
Tuve una loba muy perra que escap贸 sin el campano,
tuve tambi茅n la ilusi贸n que me daba el mes de mayo.
Disculpen si no recuerdo qui茅n me daba la mano
ni cu谩ndo debut茅 galopando en mi caballo.
Mas recuerdo mi presente afon铆a hecha a帽icos
y mi pobre coraz贸n pudri茅ndose en desdicha.
Bien sab铆an mis amigos que no andaban con ricos.
Bien sab铆a mi oraci贸n que nunca iba a ser dicha.
Las ma帽anas de novillos con guirnaldas de sativa,
esquivando el tiempo (sabemos lo que hablamos)
de acudir a misa y la conciencia conflictiva
por malversar las pagas de los Domingos de Ramos.
(….)
Perdonen otra vez mi memoria adormecida,
no s茅 cu谩ndo forj茅 esta coraza poco afable,
pero s铆 recuerdo muy profunda aquella herida
que naci贸 y se aliment贸 en mi infancia deplorable.
Flor-Ka