Voy a escribir de una época que se llamó
Renacimiento
Este periodo del siglo XVI (que entrevieron los XV y XVII) sucede a la Edad Media, se inició en Italia y se extendió por toda Europa gracias al invento de la imprenta. Los escritores de este movimiento imitaron las pautas que habían marcado los antiguos clásicos y los italianos del siglo XIV como Dante y Petrarca.
Dirigieron sus ojos al clasicismo griego y romano y al hombre como centro del universo -valga Carlos V-, superada la tradición teocéntrica de la Edad Media.
No es de extrañar que se iniciara en Italia, puesto que poseían un impresionante legado del viejo Imperio Romano que estuvo presente incluso en la época medieval y del cual los italianos nunca se despegaron.
Renacimiento. Nunca un puñao de décadas han introducido en la península tan distinta y valiosa riqueza.
Por ejemplo, las escuelas Sevillana y Salmantina, de Fernando Herrera y Fray Luis de León respectivamente.
Sabéis que los Reyes Católicos unificaron toda la península excepto el Reino de Portugal, y que mientras los Reyes medievales eran de diversas religiones a la vez, éstos fueron declarados católicos por el Papa Alejandro III.
A partir de ahí viene lo de la Inquisición y la Reforma para “unir” la fe; los término “morisco”, “converso” y “luterano” se usaron justo ahí.
El caso es que del vientre de la Reina Isabel la Católica, salió Juana la loca, y del vientre de esta El rey y emperador Carlos I de España y V de Alemania. Uno de los mejores historiadores de todos los tiempos, el inglés John Elliott lo describió en “La España Imperial” como un saqueador sin corazón.
Que no consiguiera reducir la herejía luterana, ni emprender la cruzada contra el turco, quisiera construir una Europa basada en la enemistad con Francia, y no haber nacido en España, no es motivo para sentenciar que no tuviese corazón.
Un gran viajero sí era sin duda.
JUANA LA LOCA, «la tragedia en carne viva»
Cuando cumplió 16 años, los Reyes Católicos concertaron su matrimonio con el archiduque Felipe de Austria, hijo del emperador Maximiliano I y María de Borgoña, con la estrategia de añadir fuerza al Sacro Imperio Romano Germánico que contrapesara el poder de los Valois de Francia.

El sueño del EMPERADOR
La titularidad del Sacro Imperio Germánico llevaba casi un siglo en manos de los Habsburgo. A la muerte de Maximiliano I en 1519, el título quedó en disputa, pues no había sido coronado por el papa, requisito para legarlo en herencia.
Recibió la muerte de su abuelo en Barcelona mientras asistía a las Cortes del Principado. Sabéis que al puesto de emperador hay más candidatos que al de pintor o escritor, pero al tema, al final ganó el título, no sin antes gastar un millón de florines en regalos .

Quiso emular a los reyes Nazaríes cuando decidió construir en el recinto de la Alhambra el palacio que lleva su nombre.
EL Gentilhombre GARCILASO
Garcilaso era un guerrero en la Corte de Carlos V, cayó herido en una batalla y murió a los treinta y pocos al final de aquella herida.

Soneto VII
No pierda más quien ha tanto perdido,
bástate, amor, lo que ha por mí pasado;
válgame agora jamás haber probado
a defenderme de lo que has querido.
Tu templo y sus paredes he vestido
de mis mojadas ropas y adornado,
como acontece a quien ha ya escapado
libre de la tormenta en que se vido.
Yo había jurado nunca más meterme,
a poder mío y mi consentimiento,
en otro tal peligro, como vano.
Mas del que viene no podré valerme;
y en esto no voy contra el juramento;
que ni es como los otros ni en mi mano.
TIZIANO, Pintor de Carlos V
En 1526, al pintor veneciano le tocó la lotería al ser llamado por el propio Carlos V para retratar su carisma imperial, siendo nombrado pintor de corte, conde palatino y caballero de la espuela de oro. Ahí es ná.

Poema del antiguo México
Pasaré como una flor marchita,
mi fama no será nada,
mi fama desaparecerá de la tierra.
Reflexionado sobre esto,
caballeros del águila y el jaguar,
a pesar de que estéis tallados en ojade,
os romperéis.
a pesar de estar hechos de oro,
os quebraréis;
incluso si sois una pluma de quetzal,
os marchitaréis.
No estamos en esta tierra para siempre,
Sólo estamos aquí por un tiempo.

- Fuente: Monarquía e Imperio: el Reinado de Carlos V. John Lynch, EL PAIS