El día de la madre ya se celebraba en la antigua Grecia, donde se rendía culto a Rhea, la diosa madre.
Pero tal y como la conocemos hoy, esta fiesta se debe a los esfuerzos de una joven norteamericana, Anna Jarvis.
No cejó en su empeño hasta que, en 1914, el Congreso de EE.UU. declaró ese día fiesta nacional.
Cuando los almacenes comenzaron a usarlo como excusa para vender más, la propia Jarvis luchó por la supresión de la fiesta.
MADRE
IX
¿Hambre de quién sino de ti?
Sanos celos, tierna soledad,
mirar y no verla: morir,
mujer valiente, no en maternidad.
Lágrimas que escuecen al llorar.
Pura inocencia, que obligándome
con el paso de los años a notar
que eras frágil, y dejándome
una triste pena sin igual.
Mas la adoro, madre melancólica,
y la debo lo que no cabe en el mar.
No hay sentido literario que aquí lea,
muero por ti, madre, sin pensar
que por mí usted hace lo que sea.
Flor-Ka
