¿Cuánto pesa el alma?

¿Cuánto pesa el alma?

Dicen que nada más morir, perdemos un cuarto de kilo, es el alma que sale del cuerpo.  MENTIRA.

Verdad que se va y verdad que pesa, mas no pesan todas lo mismo.

Ni mucho menos se van al morir, hay almas que se van al nacer, otras en la infancia, algunas en la adolescencia, muchas en la juventud, y ese cuarto de kilo se va con ellas.

Ese vacío interior que deja ¿ya no pesa?

¿Son iguales alma y conciencia? En nuestro lenguaje “al uso” soltamos frases tipo: -“me duele el alma” haciendo referencia a una tristeza que tenemos, la cual nos pesa. Y cuando decimos, por ejemplo: “tengo cargo de conciencia”, algo nos pesa también. O al revés: “tengo la conciencia tranquila”, “Tengo el alma en paz” ahí  afirmamos que no nos pesa.

Te sientas, sola, en un rincón. Tranquila, pensando, y tu mente se para justo en un recuerdo, en un momento, que es el que más te duele, el que menos quieres, el que más te dan.

Y piensas en tantas cosas, que ya se te quintan las ganas de imaginar.

Porque ya tienes bastante con la realidad, con tu realidad.

Como para fantasear, te vienen tantos temas a la cabeza: la injusticia, el odio, el rencor, el mal, el por qué, tu por qué, el ayer, el hoy, el mañana, la vida. Tu vida. ¿De qué sirve? El mundo es de todos pero cada uno tiene el suyo. En tu interior hay algo bueno, está ahí, sácalo, ten esperanza.

Era la hora para la batalla.

La mirada del soldado proyectaba al Sol su rabia.

TE ESPERARÉ- dijo ella.

REGRESARÉ – dijo él.

Bajo el claro cielo, afianzaron, colgándose cadenas en sus cuellos, su eterno amor.

Se despidieron besándose el collar. Con los cinco sentidos prometieron volver a unirse.

La eterna pregunta. ¿Voluntad u obligación?

Daba igual porque el final no cambiaría.

¿Cuánto pesa el alma? Se preguntó.

Pisaba con tanto miedo por el campo de minas, que creyó por un momento ser un ángel.

No le explotaría ninguna porque no pesaba. Y con ese pensamiento consiguió cruzar el campo.

Pero… BOOOMMM

Toda su vida en un segundo.

Recuerdos de una dudosa vida, ¿la quiso tener?, a punto de morir no sabía con certeza si la eligió o se la impusieron.

¿Voluntad u obligación?….

Efectivamente… Daba igual.

Cosas de este tipo son las que me gusta cavilar. Me gusta pensar que me aportan algo, aunque no sepa exactamente qué.

Muchas gracias.

F.K

Publicado por Flor Ka

El poeta es, por definición, póstumo. Comienza a vivir después de su muerte, y, cuando está vivo, camina con un pie en la tumba. Eso produce una especie de cojera que da a su aspecto cierto encanto. JEAN COCTEAU

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