🥀Flor-Ka☠️

Un espacio cultural donde la poesía es esencial.


Elegía a Ramón Sijé

 

Como toda disciplina que se precie, la retórica encuadra distintos campos de conocimiento (literatura, política, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupan de instruir y cavilar técnicas de utilización del lenguaje con una finalidad disuasiva. La retórica tiene su origen en la Grecia clásica, ars bene dicendi, y se define como un sistema de figuras y recursos que empleados acertadamente forman una construcción artística. Las figuras literarias o recursos estilísticos son locuciones gramaticales que difieren de la sintaxis común, y sirven para engrandecer la expresividad. Tú mismo puedes señalar rasgos del lenguaje que no emplearías al hablar o escribir corrientemente, que te «extrañan», porque en ellos está actuando la función poética (no sólo en poesía), consistente en que el lenguaje llame la atención sobre sí mismo.
Yo recuerdo, por ejemplo, la ironía, que es el modo de burlarse de alguien afirmando seriamente lo contrario de lo que se quiere dar a entender con la intención de burlarse, o el sarcasmo, que ya hiere.
El pleonasmo, que consiste, mejor dicho, insiste en una idea innecesaria, «la vi con mis propios ojos». (Redundancia)
O la entrañable perífrasis, que elude la palabra directa y alude al objeto, así, perifrásicamente, aludimos a Lope de Vega llamándolo «el Fénix de los ingenios españoles».
ANÁLISIS
Pero vamos a poner un ejemplo práctico para ver más figuras o recursos, y también me voy a decantar por una elegía, como ya sabemos, un poema de amistad y muerte, esta vez de Miguel Hernández a Ramón Sijé, con quien tanto quería. 

  
Yo quiero se llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
10   Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
20   temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
30   a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble kalavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera;
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
40   Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

No me digáis que no es precioso.

En fin, a mí se me eriza la piel, pero a lo que vamos, Miguel Hernández representa como nadie el giro que llevó de la poesía pura a una palabra arrebatadamente humana, es un puente entre la generación del 27 y los poetas de posguerra. Por supuesto, también escribió un libro de sonetos, «El rayo que no cesa», qué inolvidable <<Como el toro…>>.

A lo que íbamos, debemos anticiparnos, en la elegía, a la expresión hiperbólica del dolor, la hipérbole, un tropo que consiste en realizar una exageración muy grande, «que por doler me duele hasta el aliento», «No hay extensión más grande que mi herida».

La anáfora, repetición de la misma palabra al comenzar varios versos, «Temprano ….., temprano ….., temprano…..», «No perdono ….., no perdono ….., no perdono …..».

El polisíndeton, repetir una conjunción para darle mayor fuerza a la expresión, » y besarte la noble calavera, y desamordazarte y regresarte».

La epanadiplosis, que consiste en poner la misma palabra al principio y al final del verso, «compañero del alma, compañero»

Y hay más, os lo aseguro, pero no es cuestión de memorizar como en la escuela, lo importante es el clímax del poema, su métrica, cuidadosos tercetos, un clásico italiano.

Lo importante es la violencia, la rabia cada vez más intensa, la actitud de loco que adopta conforme va escribiendo, la sonoridad, 

y al final la calma.

Gracias.

Latinta.com Periodismo hasta mancharse.

F.K

 

 

 

 

 

 

 

Tanto a Antonio Machado como a Miguel Hernández se les ha calificado como “poetas de pueblo” porque han sabido, los dos, recoger los sentimientos más puros del pueblo y darles su voz.

Que mi voz suba a los montes-y baje a la tierra y truene-eso pide mi garganta-desde ahora y desde siempre-; cantaba Miguel Hernández en su poema “sentado sobre los muertos” Y Antonio Machado escribe: Si hablo, suena mi propia voz como un eco-y está mi canto tan hueco-que ya ni espanta mi pena.

A través de su voz contribuyeron, y siguen contribuyendo, a ensalzar las virtudes más nobles del pueblo, como son la generosidad, la entrega, el valor y la lucha por la justicia. Ambos dieron lo mejor de su vida y de su obra para construir una España más humana y solidaria.

¿Cuáles son en la actualidad las voces del pueblo?

¿Pudiera ser el 15M?

Creo que sí, que es lo más parecido….

“La España del cincel y de la maza…

España de la rabia y de la idea…”         

 

 



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